sábado, 19 de diciembre de 2009

FELICIDAD

Escribo hoy, 19 de Diciembre, tras meses de no hacerlo; no por desinteres ni desidia; la falta de tiempo, a veces de ganas y casi siempre de inspiración, son las causantes. No obstantes he seguido atento a los blogs que sigo y, como siempre, he visto entradas interesantes, bonitas, emotivas, y hasta emocionantes, gracias, Orcinus, hermano, por la tuya.
Ya estamos casi en Navidad, época de sentimientos encontrados y ambivalente por naturaleza. Y digo casi porque si quereis que os diga, para mi la Navidad empieza el dia del sorteo de Navidad. Parece que hasta que no oigo la cantinela de los niños de San Ildefonso no me creo que estoy en Navidad; cosas mias.
El motivo único de esta entrada es desearos a todos los lectores y lectoras de este humilde blog, tanto a los que participais en él con vuestros comentarios (gracias) como a los que solo leais (tambien gracias) toda la FELICIDAD del Mundo para estos días y para todo el año próximo. Espero que no os suene tópico, porque de verdad no lo es en este caso. Es curioso, pero desde que entré en el mundo de los blogs he visto algo que no veo en la vida corriente con tanta frecuencia: sinceridad. Cada uno escribimos sin miedos y expresandonos como somos, dando rienda suelta a nuestros sentimientos y pareceres. Y cada uno leemos los que nos interesan y los que nos gustan, sin obligaciones de ningún tipo. Por eso, desde lo más profundo de mi corazón os envio estos deseos.
Un fuerte abrazo, y que seais felices.


martes, 6 de octubre de 2009

lunes, 28 de septiembre de 2009

UN PEQUEÑO CAMBIO

Comienza el otoño, vamos camino del invierno; los días, mas cortos y más oscuros. Como todos los años, parece que nos cuesta más afrontar estos meses, que tenemos menos fuerzas. El Sol, nos ilumina menos horas y lo hace de manera más tangencial, y a un pueblo como nosotros, amantes y dependientes de él, nos afecta. Para que cada vez que abra el blog vea un cielo azul he cambiado la imagen y he pegado otro barco; esta vez es una foto, no un dibujo. No obstante no penseis que me ha dejado de gustar el dibujo que había: me encantaba y me sigue encantando. Pero de cara al tiempo oscuro prefiero ver un barco de velas blancas recortándose sobre un cielo azul. Espero que tambien contribuya a colorear vuestro otoño y vuestro invierno, y que os guste.
Levamos anclas! Antentos a la maniobra! Feliz singladura!!
Abrazos.

martes, 8 de septiembre de 2009


Bueno, ya estamos de nuevo por aquí, aunque poco tiempo he estado fuera: 1 semana en el litoral levantino (benicassim) disfrutando de su clima y de su hermosa playa. Unos dias que me han dejado un muy buen sabor de boca. Despues, una semanita por casa de relax y ahora (bueno, hace ya unos días) a trabajar. Aún me quedan días para disfutar este año, a ver si es posible otro viajecito, aunque sea corto pero agradable. Seamos positivos y reflexionemos un poco:

- No tengo jet lag porque mi familia y yo hemos venido en el coche a la hora que nos ha dado la gana. A la velocidad que hemos querido (siempre respetando las normas) y con las paradas que hemos creido conveniente.

- No tengo sindrome de la clase turistica porque no he parado de mover las piernas`para poder conducir, y mi familia tampoco porque mi coche, aunque modesto, tiene sitio para las piernas.

- No tengo sindrome postvacacional porque plantearme volver a mi casa con mi familia no me produce ningún temor, todo lo contrario.

- Otro motivo por el que no tengo sindrome postvacacional al incorporarme al trabajo es porque gracias a Dios lo tengo. Y cuando me he quejado me acuerdo que hay muchos miles que no tienen ese estupido sindrome porque no han tenido vaciones ni trabajo al que volver.

- Me lo he pasado estupendamente con mi mujer y mis hijas y no me voy a poner triste porque se ha acabado, me voy a poner a pensar alegremente en el siguiente viaje y a pedirle a Dios trabajo y Salud para poder hacerlo.

Dejo una foto del hotel en el que estuve en Benicassim. Un buen recuerdo es siempre agradable.
Un abrazo.

viernes, 3 de julio de 2009

A VECES ESTOY TAN CANSADO (II)

Dije que os contaría qué personas/cosas/actitudes hacen que pase de estar cansado a estar "tan cansado". Ahí van algunas. Si a alguien se le ocurren más que las ponga. Siempre podremos formar un club de ciudadanos tan-cansados.


- Las personas que te buscan cuando solo cuando te necesitan y te hacen sentir el rey de la Creación para ellos y luego, cuando saben que necesitas un pequeño apoyo, siempre tienen algo que hacer; puede ser peor aún cuando piden perdón por su actitud por vigesimoquinta vez en poco tiempo.

- Los que en momentos duros/difíciles "no valen"y, en consecuencia, no aparecen, pero ya sabes "que puedes contar con él", que "está ahí"; pues vale, que se quede "ahí", pero para siempre.

- El escuchar siempre lo mismo, a la misma persona y en el mismo sitio.

- La tan repetida situación de que cuando sale un tema relacionado con mi profesión entre ajenos a ella, solo sea yo el que guarda silencio y no expresa opinión alguna.

- El que la frase "al fin y al cabo todos somos iguales" se pronuncie más por odio acumulado y por frustración que porque verdaderamente se sienta. Curiosamente, este tipo de seres nunca dicen la frase ante alguien que pueda sentirse inferior a ellos, sino ante alguien que ellos consideran que les supera en algo.

- El ser porfiante por naturaleza, aunque desconozca totalmente el tema por el que porfía.

- Como decía mi profesor Dusko Jelavick "el que habla de lo que no sabe". Además, son los que más gritan y más rato hablan.

- Las personas con conducta "sinusoidal", o sea, hoy te hablo mucho y te quiero mucho y mañana apenas si te dirijo la palabra.

- Estar hablando con alguien y que, de repente, cambie su expresión y su actitud hacia mí y no me explique el porqué aunque se lo pregunte. Creo que se nota que me descolocan bastante los cambios de conducta sin una explicación clara ¿verdad?

- Que cada vez que pongo la televisión, en alguno de los canales esten entrevistando o esté participando en una "tertulia" una persona que dificilmente podemos encontrar algun tema en el cual su opinión pueda ser interesante o aportar algo a la Humanidad.

- Que cada vez haya más seres tributarios de estar encuadrados en el punto anterior.

- Que en ningún medio de comunicación se estimule o se reconozca el esfuerzo personal o el estudio y sí cualquier otra habilidad de medio pelo.

- De que reunan a personas con psicopatologías diversas, las metan a vivir bajo un mismo techo y se empeñen en que el resto de la Humanidad vea lo que hacen; de que además les refuercen las/los presentadores sus conductas antisociales y psicopatológicas. Claro, que supongo que reunir a personas con comportamientos normalizados sería "aburrido".

Otro día seguiré con más cosas; de momento con esto vale para desahogarme por hoy; pero hay más y más y mucho más............

miércoles, 1 de julio de 2009

A VECES ESTOY TAN CANSADO!



Si algun lector de éste vuestro blog es aficionado a los libros de Asterix y Obelix del genial Uderzo, recordará, sin duda, esta expresión que da título a este texto puesta en boca de Abraracurcix, el jefe de la aldea gala. Sin que en absoluto tenga un servidor el mas minimo delirio de grandeza, llevo haciendo mía esta frase, junto con mi hermano Enrique, desde hace años. A ciertas edades y en ciertos entornos, tanto profesionales como sociales, el cansancio es algo que ya forma parte de nuestra vida; algo así como el hacer sombra o el tener que orinar recien levantado por las mañanas. Nos hemos acostumbrado a él y lo vivimos como nuestro, como propio. Pero hay días, semanas, meses, en que el volumen de estímulos agotador-cabreantes es de tal intensidad y frecuencia que de repente notamos que vamos poco a poco cansandonos más cada día, hasta que llega un algo/alguien que hace/dice algo que nos produce el mismo efecto que si de repente nos colgaran a la espalda la mochila de un montañero variante dominguero, repleta de inutilidades de peso elevado. Es la famosa gota que colma el famoso vaso. Es la famosa abuela en el puerperio inmediato. Y uno, feliz porque no es consciente de su cansancio fisiológico, de repente no se empieza a sentir cansado; de repente se nota que está muy cansado. Y a poca memoria que tenga, se da cuenta que, como casi todo en esta vida, la estupidez es también cíclica, y que aquello que de repente le ha hecho sentirse muy cansado, ha sido propiciado, pronunciado o realizado por los de siempre o tambien observa que la causa de ese derrengamiento no es más que más de lo mismo, o sea, variaciones sobre el mismo tema. Esto se sucede en el tiempo como los días dedicados a las causas nobles, que casi nadie se acuerda de ellos y de repente te caen encima al levantarte como una segunda ducha, esta vez de nobles y humanitarios ideales. Y ¡hala! la mochila a la espalda otra vez. Por todo ésto, "a veces estoy tan cansado..."

En una próxima entrada haré un sucinto resumen de algunas de las cosas que me producen esta condición.



Saludos

martes, 21 de abril de 2009

Como advertí en su momento, era posible que comenzase a escribir en este nuestro blog de una manera compulsiva, o bien pasaran meses sin que lo hiciera; pues bueno, ha ocurrido esto último. La verdad, es que el Mundo ha seguido girando igual y los principales medios de comunicacion tanto nacionales como internacionales no se han hecho eco de ello, lo cual ni me alegra ni me entristece; me da igual: el blog es para mí y para aquellos de vosotros y vosotras que os apetezca leer los desatinos que periodicamente se me ocurran. De cualquier manera me he hecho el firme propósito de escribir más a menudo como válvula de escape; ahora, como con todos los firmes propósitos, solo queda empezar a inventarse la excusa para no cumplirlos.

A lo que voy: navegando en la intrincada red de blogs existentes, y saltando de unos a otros, actividad ésta que reconozco me está encantando cada día más, he encontrado muchísimos muy buenos, algunos geniales, algunos que no entiendo por estar en otro idioma, y algunos que no entiendo nada pese a estar en mi idioma.

Hay muchos que me gustaría recomendaros, pero que considero blogs personales a los que se debe de llegar invitado o de casualidad, o no tanta casualidad. Solo voy a hacer alusión a uno que considero más público que privado, y que es el perteneciente al juez D. Emilio Calatayud, ese juez de menores de Granada que ha demostrado que la seriedad y el buen humor pueden ser compatibles y que tantas lecciones magistrales nos da a sus seguidores cada vez que abre la boca. Merece la pena leerlo, ver los videos que contiene y tambien tiene su espacio abierto a la participación de quien quiera opinar de temas de actualidad.

La dirección es http://www.granadablogs.com/juezcalatayud/category/blog/

martes, 24 de febrero de 2009

ESCATOLOGIA PUBLICITARIA

Desde que ya hace unos cuantos años, un actor compatriota nuestro comenzó a mantenernos al día de su régimen de evacuación intestinal, explicándonos además como colaboraba a la mejora del mismo la toma de un producto lácteo, lo cierto es que las franjas publicitarias de las diversas cadenas de televisión (y de radio también) se han convertido en verdaderos manuales de las ventajas de una evacuación diaria. No voy a ser yo quien no reconozca las ventajas de un habito intestinal regular ni el que no reconozca los problemas que pueden derivarse del estreñimiento, pues algo entiendo de la materia, vaya ello por delante. Pero realmente se producen situaciones incómodas durante la emisión de dichos anuncios:

- Uno está tan a gusto comiendo un domingo a mediodía y, en pleno deleite de nuestras papilas gustativas, sale un señor panzudo y con cara de pocos amigos al que le recomiendan que aumente su frecuencia de vaciamiento intestinal para cumplir mejor su trabajo de vigilancia. Y ¡hala!, no puedes por menos que imaginarte al hombre sentado en la taza del Water con los pantalones y los correajes por el suelo. Pues oye, parece que, en concreto, ese trozo de comida, no te sabe ya tan bien.


- Sentado cómodamente en tu sillón observas a una mujer joven de muy, muy buen ver paseando por una terraza con vistas al mar; todo maravilloso: el paisaje, la casa, y, por supuesto, la señora en cuestión, cuya imagen va a acercándose a la cámara hasta llegar a un primer plano. En ese momento, cuando más embelesado estás mirándola, va y te suelta que está así porque todos los días tiene un "momento...." con un determinado nombre publicitario. Que, le llamen como le llamen, es ir a cagar. Pues con esa frasecita se han cargado todo el atractivo de la señora en cuestión, porque como decía mi ex-compañero de trabajo Paco "si quieres que una chica deje de gustarte, imagínatela cagando".



Y es que otras cosa no seremos, pero a imaginativos no nos gana nadie. Y creo que ésto es solo el principio, pues aunque ahora mismo no recuerdo ejemplos más variados si que es cierto que existen bastantes más anuncios preocupados por nuestra regularidad intestinal. Esto va a ir a más, no lo dudéis; acabaremos asistiendo a tertulias, donde los contertulios, esos eruditos sacados de los "reality-shows", expresarán su opinión sobre los diversos alimentos y como evacúan tras su toma, moderados por el correspondiente humanista de turno, quien también entrevistará a famosos los cuales presumirán de defecar sin problemas a diario hasta que el consabido periodista-investigador de turno, impidiendo hablar al resto del plató declare que tiene pruebas al respecto de que ese señor toma "¡todas las mañanas, todas las mañanas!" un yogur de tal marca, y traiga al estudio al dueño de la tienda de comestibles que se los vende; todo un documento con teléfono de aludidos y todo.

Imaginaos un nuevo reality-show (Dios, como odio esta palabra) donde, por supuesto Mercedes Milá, encierre a varios individuos e individuas y no solo los aisle del exterior, sino que les impida comer alimentos "reguladores" del transito intestinal. Los tan interesantes diálogos serán algo así:

(en voz muy baja, gilipoyez inmensa, pues todo el mundo, hasta ellas, saben que hay micrófonos en todos los lados)

- Jó tía, pues yo ayer ya no fui.

- No te preocupes, tía, yo tampoco, pero creo que no somos las únicas. Mira, tía, ayer mismo, "el Paco" que tiene cara de ir todos los días le estaba diciendo al Oscar por lo bajinis que hacía ya dos días que no iba.
- Hala tía, que fuerte, si yo lo vi entrar al baño y tardó mas que en mear.
- Ya lo conoces, tía, es un presuntuoso.
- Jo tía, pues lo voy a nominar, por presuntuoso y por farsante estreñido.

No olvidemos, por supuesto, a nuestra intelectual presentadora entrevistando a los familiares de los integrantes de "la casa":
- Oye, ¿tu hija antes de entrar al concurso iba el mismo numero de veces al water que ahora?
- Pues mira, Mercedes, yo soy la primera sorprendida; en casa había días que solo a mear, oye.
- Y tú, Angustias, ¿qué me dices de los ruidos que hace tu hijo y de las caras que pone sentado en la taza?
- ¡Ay, Mercedes, hija! no sabes la impresión que da verlo ahí en la televisión, parece otro talmente.

Podremos asistir a programas rodados desde academias a las que tras rigurosa selección puedan acceder jóvenes que ya llevan años marcando maneras en el cuidado de su vientre y donde se nos enseñe como forzar la evacuación de excretas en base a una alimentación seleccionada. Los profesores de evacuación serán duros, rígidos e intransigentes:
- ¡No, no y no! ¡Pero tú como quieres ir al water mínimo una vez al día si te comes el yogur a lo bruto! ¡Como un gañán! ¿como te he dicho que se coge la cucharilla? ¿Cómo se mastica y se paladea?
- Fefy, te has esforzado, has peleado, verdaderamente has mejorado mucho desde tu entrada en la Academia, pero el peso de tus excrementos diarios no es el suficiente para que permanezcas. ¡Chao, cariño!
- Lolo, has conseguido emocionarnos en algunos momentos con tu buen hacer, con tu humanidad, pero el público ha decidido que tus posturas durante la evacuación no son las adecuadas. Así pues, ¡no pasas a la siguiente fase!.
- Chiky, cariño, sabemos que cada día te esfuerzas un poco más que el anterior, tu forma de apretar en la taza recién levantada, el volumen y consistencia de tus heces y esa puntualidad británica, ¡hacen que pases a la siguiente fase!

Aparte de una marranada, puede parecer de mal gusto lo anteriormente narrado, pero tengamos presente que tan privado es el acto de evacuar como el de copular (aunque para este último hagan falta dos personas) y muchos son los programas en los que la cópula y con quien se realiza son el único tema del mismo. Tengamos también presente que al ingresar en una casa donde hay cámaras en casi todos los sitios, uno esta renunciando a su intimidad, y ya por un poco más ¿que importa que te vean en tan fisiológico y depurativo momento? De hecho, en algunos casos sería lo único normal que harían al cabo de su estancia. Y por último, puestos a que nos echen broncas, nos insulten, y nos ridiculicen de manera afectada y amanerada, pues que se rían de nuestras moñigas antes que de nuestra expresión y nuestra forma de movernos por no ser "chics".

Para terminar recuerdo un párrafo del muy entretenido libro de Camilo José Cela "viaje a la Alcarria" que comienza diciendo: "El viajero, sentado en el excusado se deshace de aquello que le sobra....." Ahí está la diferencia entre el Premio Nobel en literatura y quien no lo es: Mientras unos mezclan imágenes atractivas (la señora y el paisaje) o tópicas (el señor con cara de pocos amigos) el Escritor (con mayúscula) aisla el momento de la evacuación intestinal de otras actividades por medio de unos puntos y seguido magistralmente colocados en el texto. Y además tiene el buen gusto de contar, en párrafos anteriores, los exquisitos alimentos que ha comido en tan bella comarca, sin relacionarlos en absoluto con posteriores visitas al inodoro.

Acabo este "divertimento escatológico" con un verso nacido de la sabiduría popular y que, cual poema épico, se ha ido transmitiendo generación tras generación de manera oral:
"En este Mundo, señores, de cagar nadie se escapa,
caga el pobre, caga el rico, caga el Rey y caga el Papa"

miércoles, 11 de febrero de 2009


UN VIAJE A LA HUMILDAD


Hay veces que no entendemos las palabras que nos dicen, pero somos capaces de entender otros mensajes que nos transmiten. Ahí va un pequeño cuento a este respecto.


Hacía semanas, o tal vez meses, que era incapaz de sentirme satisfecho con nada ni con nadie; nada conseguía mantener mi atención más de unos pocos minutos ni suscitar mi interés. Todo era aburrido, vacío, ajeno a mí. Mi comportamiento con las personas de mi alrededor era superficial y carente de todo tinte afectivo. Sus conversaciones me aburrían, sus problemas me daban lo mismo, sus escalas de valores me parecían inadecuadas. Las pocas palabras que de mis labios salían hacia ellos eran vagas, carentes de toda intención de seguir una conversación y, justo es decirlo, en múltiples ocasiones encaminadas a demostrar mi desinterés sobre su vida y sobre ellos mismos. No me sentía superior, me sentía, simplemente, distinto a ellos, ajeno a su forma de vida. Ellos no eran de mi circulo, ni yo del de ellos.
Decidí tomarme un respiro y huir de tanta mezquindad y vulgaridad, darme un tiempo para mí mismo, solo, sin aguantar a mi lado seres que no me interesaban y cuya conversación me enojaba. Una semana era un plazo aceptable y que me podía permitir en todos los aspectos.
El pueblo era bonito, rodeado de montañas que únicamente se separaban para dejar paso a la diminuta carretera a través de la cual el vetusto autocar me dejó en la plaza.
El hotel, el adecuado a mis expectativas: limpio, cómodo y con los servicios justos. Fui la única persona que estaba cenando en un comedor dominado por los marrones de la madera y los grises de la piedra. Apenas si hable con el camarero: aquello empezaba bien. Caí en la cama cansado, francamente cansado de cuerpo y alma. Algo turbó mi sueño y me despertó; pensé que había dormido apenas unos minutos, pero la luna, redonda frente a la ventana al acostarme, ya no estaba ahí. Me asomé a la ventana y la divisé bastante a mi izquierda ¡en cuarto menguante! Algo en mi interior me advirtió del desatino de aquello. Mi reloj marcaba la 1.30 de la madrugada del mismo día en que me había acostado: había dormido apenas 30 minutos, lo que yo suponía. Vamos a no negarlo, sentí miedo, las piernas se me aflojaron. Puse la televisión: solo podía sintonizar 2 canales en los cuales las personas hablaban un idioma que en absoluto entendía y que era incapaz de poder asociar con ninguno que me sonase; el corazón empezó a palpitar con fuerza, haciéndome notar su presencia con autoridad y energía. El teléfono, ese odiado aparato a través del cual me llamaban para contarme cosas que no me importaban en absoluto se convirtió, como por encanto, en algo a lo que aferrarme. La voz del recepcionista era dura, seca, casi tajante; el idioma, algo me lo dijo en mi interior, el mismo de la televisión. Colgué; nadie me llamó interesándose por si me ocurría algo. No fui capaz de bajar a averiguar que estaba pasando. La calle oscura que se divisaba desde la ventana desembocaba en una plaza igual de oscura, igual de solitaria. No se las horas que pasé buscando con la mirada la aparición de una persona con la secreta esperanza de que fuera hablando con otra en nuestra lengua, o que simplemente me mirara y yo pudiera saludarla y me respondiera con un sencillo “buenas noches”. El amanecer me encontró tembloroso, con las piernas contraídas y con el corazón recordándome su fragilidad en forma de palpitaciones vigorosas e irregulares. Con ese leve trazo de optimismo que el clarear del día infunde reuní el valor necesario para bajar y afrontar aquello de lo que me había convencido a mi mismo durante mi larga y quieta vigilia. El recepcionista fue incapaz de entender mis ya suplicas de qué me estaba ocurriendo: su expresión fue primero cortes, después condescendiente y finalmente desinteresada, hasta que encontró algo que hacer para librarse de mi conversación. La camarera, ni tan siquiera disimuló un falso interés: colocó el desayuno sobre mi mesa y se volvió hacia la cocina. El resto de personas en el comedor, todas, curiosamente estaban también solas como yo, desayunaban tranquila y relajadamente.
- Por favor, ¿alguien habla mi idioma?
Algunos, los menos, levantaron la cabeza para volverla a agachar inmediatamente; el resto ni tan siquiera se movió.

Con el café quemándome las entrañas salí hacia la calle. Al llegar a la recepción, más que verlo, intuí su presencia, sentado en un sillón en un rincón: Alfredo, el idiota este que es incapaz de cualquier cosa que uno pueda pensar. Corrí hacia él y me apoye en uno de los brazos del sillón.
Me sorprendí yo mismo de la frase que le dirigí:
- Alfredo por Dios, que alegría de verte. ¿Dónde estamos? ¿Qué pasa aquí? ¿Por qué hablan esta lengua tan rara?
Tardó bastante tiempo en estudiarme de los pies a la cabeza y luego en contestarme.
Aún antes de que abriese la boca ya lo presentí: de nuevo ese lenguaje incomprensible y, como en los demás, asociado a una inexpresión que trasmitía una falta total de interés hacia mí y lo que pudiera sucederme.

Guiado por un resorte me incorporé y me dirigí de nuevo hacia el comedor. Antes de entrar ya estaba gritando:
- Pero bueno, ¿es que nadie va a poner el menor interés en lo que me ocurre? ¿es que nadie va a intentar entenderme? ¿acaso pensáis que sois………..
Quedé paralizado por unos segundos, o por unos minutos, o por unas horas. Nunca lo sabré. En el comedor, repartidos por las distintas mesas, unos solos, otros en grupo, se encontraban gran parte de las personas que formaban parte de mi vida, aquellos que “no me interesaban y cuya conversación me enojaba”.
Ni uno de ellos me miró, ni uno de ellos dejó la conversación que mantenía en tan ignorada y ya odiada lengua, ni tan siquiera los que estaban solos prestaron un solo segundo a mi presencia. Era como si para ellos no existiera, no estuviera. Me acerqué a algunos de ellos y los zarandeé con toda mi fuerza. En todas las ocasiones la reacción fue la misma: una leve y fría mirada de soslayo y vuelta a su quehacer, su charla, la lectura del periódico, o simplemente la meditación.
Rabia, miedo, pena, odio, todo pasó por mi mente a la vez. Me senté en el suelo, abatido, sin fuerzas, completamente a merced de lo que quisiera hacer conmigo ese grupo, que por otra parte, parecía ignorar mi presencia. Al golpear de rabia mis muslos con las manos noté un bulto en uno de ellos: el teléfono móvil. La reacción fue automática y presioné las teclas con desesperación.
- ¿Dígame?
- Alfredo, ¿eres tú?
- Hombre Carlos, ¿Cómo estás? Claro que soy yo, lo que pasa es que no tengo tu teléfono y no sabía que eras tú.
Mi voz sonó, estoy seguro, desesperada:
- ¿Dónde estás?
- ¿Dónde voy a estar a estas horas? En casa, acabo de levantarme y estoy desayunando. Te noto un poco rara la voz ¿Te pasa algo? ¿estas nervioso? He quedado con algunos de los compañeros para ir a dar una vuelta por la sierra, si te apetece apuntarte; ya se que los fines de semana siempre tienes planes, pero si te apetece…
- Sería maravilloso, Alfredo sería maravi…….

El timbre no paraba de sonar, martilleando mi abotargada mente. En un principio pensé que era el despertador; a los pocos instantes comprendí que era el teléfono; descolgué con los ojos cerrados por el miedo y sin atreverme a levantar la cabeza de la almohada.
- Perdone Señor, llamo desde recepción; su llamada de antes se cortó y no entendí lo que quiso decirme. ¿necesita usted algo? ¿puedo ayudarle en algo?
- Si, por favor, ¿me puede dar línea con el exterior?
- Con mucho gusto. Si se cortase basta con que vuelva a apretar el “0” y la tiene directamente. A propósito ¿desea que le subamos el desayuno o bajará al comedor?
- Bajaré, muchas gracias.
- Gracias a usted, le doy línea.

Tras buscar el número en mi móvil, marqué con vehemencia; los tonos de llamada se me hicieron eternos.
- ¿Dígame?
- Alfredo ¿eres tú?
- Hombre Carlos, ¿Cómo estás?......................................................

FIN
Bueno, ahí lo dejo. A quien le guste me alegro, a quien no, lo siento; espero que el próximo sea mejor.

viernes, 23 de enero de 2009

Si alguien lee este blog, que alguien lo hará, porque "hay gente pa tó" se preguntará que hago mezclando al Corsario Negro de Salgari con James Bond de Ian Fleming; pues ni más ni menos que seguir al pie de la letra el primer precepto de este blog:

- Es mi blog y hago en el lo que quiero; y a callar todo el mundo.

No pretendo hacer un blog original ni novedoso ni alternativo, entre otras cosas porque no tengo capacidad ni tiempo (bueno, ni ganas) para intentarlo. Pretendo, sencillamente, decir, siempre con el mayor respeto, todo aquello que uno no puede decir a lo largo del día porque no tiene tiempo o cuando lo tiene las personas que estan al lado uno las mira y piensa: "¿y por qué le tengo que que contar yo a éste lo que opino o lo que pienso?, así que al final te lo acabas guardando para mejor ocasión (o sea, mejor compañero de tertulia) y muchas veces ahí se queda para siempre. Pues no!! "el guardar se va a acabar". Voy a mandar la direccion del blog a un grupo de personas que verdaderamente me importan y el resto del Mundo mundial si quieren saber lo que pienso (que tampoco creo que les importe en lo más mínimo) que aprendan de mi lista de "elegidos". Tampoco es obligatorio que ellos lo lean; de hecho, no creo que les suscite demasiado intérés

Inserto algunos preceptos que seguiré, por lo menos de momento, al pie de la letra:

- Mis padres se gastaron un dinero en que fuera a un colegio de pago para que aprendiera a leer y escribir lo más correctamente posible: en agradecimiento a ellos escribiré según el modelo clásico, osea, cada palabra con todas sus letras y a poder ser (salvo por desconocimiento) la letra adecuada; Ejemplo, cuando escriba "¿Qué tal?" quiero decir (en idioma, llamemosle "modelno") "K tal?"; otro ejemplo, en vez de usar el falabro "yamame" usaré el término clásico "llámame" que además no da lugar a malos entendidos.

- No incluiré fotos de mis viajes, experiencias y otras actividades por dos motivos básicos: no soy fotogénico y además viajo menos que una locomotora de exposición. Si incluiré (cuando aprenda) fotos de otros motivos mas agradables y/o interesantes.

- De la politica, solo viven los politicos, así que contra menos hable de ella, menos trabajo gratis.

- De Religión ( de todas) se habla en los seminarios e iglesias. Además recordad aquella frase de no se quien que decía: "me aburren los ateos porque no hacen más que hablar de Dios"

- De Medicina y disciplinas afines solo pienso escribir para reirme, no para pensar. Remito al lector interesado al Lancett o a cualquier Journal of lo que sea.

- Intentaré que la ironía y la mordacidad (siempre regada con respeto) esté presente, y en quellos que querais colaborar, sabed que contará para sacar nota.

No se me ocurren más preceptos, pero seguro que van saliendo mas que periodicamente iré publicando.

En una palabra, pienso usar esta plataforma (frase muy al uso actualmente) para pasármelo lo mejor que pueda, para, dentro de lo que hay, poder darme un respiro, como alguien muy querido (gracias, de verdad) me ha recomendado esta misma mañana.

No se cada cuando voy a escribir; lo mismo dentro de un rato me engancho otra vez, o lo mismo lo retomo dentro de 6 meses. Pues bueno ¿y que?

Me encantará recoger comentarios vuestros y leeros, porque a todos a los que os voy a mandar la dirección mereceis la pena de ser leidos.